Nos deja nuestro vecino Álex Alemany
El pintor Álex Alemany, que residía en La Cañada, Paterna y que era tan reconocido y querido por todo nuestro vecindario, nos ha dejado hoy para quedarse siempre en nuestro recuerdo
Máximo exponente del «realismo mágico» valenciano y una figura artística de renombre internacional, presidió el Círculo de Bellas Artes de Valencia y fue académico electo de la Real Academia de Cultura Valenciana
Porque las personas se van y se quedan sus obras pero, sobre todo, se queda todo aquello que nos hicieron sentir
Nuestro más sentido pésame a toda su familia y amistades más cercanas DEP#PorTodosLosSueñosQueNosDistes
Sobre Alex Alemany
Alex Alemany nació el 5 de Enero de 1943 en Gandia (Valencia), cursando los estudios de Bachillerato en el colegio de las Escuelas Pías de esta ciudad.
En 1960 ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia haciendo los estudios preparatorios para la Academia de Bellas Artes de San Carlos, donde ingresó en 1961, recibiendo las enseñanzas de Francisco Lozano, Enrique Ginesta, Genaro Lahuerta, Felipe M’ Garín, etc. En 1965 viaja a París, ampliando estudios con artistas contemporáneos. En 1966 repite esta experiencia, prolongando su estancia en Francia. En 1968, amplía estudios en Londres en la National Portrait Gallery.
Hasta 1970, viaja y experimenta varias tendencias pictóricas, incidiendo en el abstracto expresionista. En estos años de juventud, abordó muchas tendencias de vanguardia, sumergido en la corriente general, hasta encontrar su propio estilo, cada vez más coherente con su sensibilidad poética.
Realismo Mágico
En 1975, pintó las primeras obras de retorno al realismo, intuyendo acertadamente el movimiento asumido y seguido por otros artistas internacionales, bajo el nombre de realismo mágico. Desde 1975 a 1978 se instala en Madrid, alternando los retratos sociales con sus trabajos de contenido surrealista.
El realismo (y en algunas obras hiperrealismo) de Alex Alemany, fue derivando hacia un inconfundible estilo propio, fruto de una introspección personal, distanciándose progresivamente de la frialdad de otros conceptos realistas, deudos de la fotografía, como el realismo americano. La obra de Álex Alemany es un nexo entre lo literario y lo pictórico. Buceando en sus propias sensaciones, sentimientos y conceptos, nos los comunica con la credibilidad de su técnica preciosista, haciéndonos participes del clima del cuadro e identificándonos con las cosas que en él nos cuenta:
Metáforas poéticas e imágenes del fondo de subconsciente y el mundo onírico. De hondo contenido poético, los elementos y figuras de sus obras están tratados con “licencias poéticas” y los simbolismos utilizados son de tal sutileza, que apresan al espectador, estimulándole la capacidad de interpretar. Esta obra, puede producir cualquier efecto menos la indiferencia; y el lenguaje utilizado, enriquece su lectura. Sus inquietudes eclécticas, provocan esporádicas incursiones en otros estilos: composiciones formalistas, pintura social, expresionismo, etc.
Retrato
A lo largo de su producción, hay gran cantidad de retratos, como prueba de su predilección por la figura humana; pero incluso esta difícil disciplina, Alemany ha sabido incorporarla al estilo y carácter poético de su obra; interpretando no solo el aspecto físico del personaje, sino su personalidad y perfil psicológico, mediante simbolismos, consiguiendo así un enfoque total y completo del retratado; distinto del concepto convencional del retrato “académico”.
Entre los personajes de su labor retratista se cuentan SS.MM. Los Reyes de España, varios miembros de la Familia Real, rectores de Universidades, académicos, Presidentes de Diputaciones, Alcaldes, Decanos de Notaría, Derecho, Medicina… etc. e innumerables particulares.
La totalidad de su obra pertenece a colecciones privadas y museos. Por principios personales jamás ha participado en concursos ni optado a premio alguno. De 1993 a 2004, presidió el Círculo de Bellas Artes de Valencia. En 1998 fue nombrado Académico Electo de la Real Academia de Cultura Valenciana.
Retratos
Entre sus obras la de un paternero universal
Retrato del actor Antonio Ferrandis.
Retratos y divertimentos
El fuego, el movimiento de las olas o los reflejos del sol, tienen un componente hipnótico que nos captan la mirada y nos absorben. Siempre he detectado el mismo componente magnético en el rostro humano, sintiéndome imantado por sus ojos. El ser humano es mi tema pictórico preferido sobre cualquier otro.
Mi infancia se ilustró con los innumerables retratos dibujados a mis compañeros, profesores y familiares. Mirarme en el fondo de otros ojos condicionó mi juventud.
Los distintos matices de la piel, las diversas maneras de mirar, la magia volátil de las manos han sido siempre mi mejor razón para pintar.
La posibilidad de interpretar, incluso modificar sustancialmente una anatomía, para procurar mayo expresividad, sigue siendo no sólo mi pasión sino también una diversión, cuando utilizo esa valiosa llave maestra de toda identidad que es la caricatura.
Paradójicamente esa desfiguración del rostro acentúa notablemente el parecido del personaje; quizá porque se utilizan las mismas distorsiones de los rasgos más sobresalientes que nuestra memoria y el subconsciente también modifican.
Álex Alemany